No es fácil obtener información fiable sobre
las cosas que nos afectan pero, en la medida en la que debemos actuar y tomar
decisiones, necesitamos creer en algo. Todos nuestros actos y decisiones se
basan en algún tipo de información o de creencia. Para poder actuar, debemos
aceptar como cierta alguna premisa, aunque sea de forma temporal y sujeta a
prueba. Y debemos actuar a diario.
Estamos llenos de dudas, pero hay que tomar
decisiones de todas formas
|
¿Por qué la información no suele ser demasiado
fiable?
Por
exceso de información, debido a las nuevas tecnologías de la información, y
debido a la propaganda a la que estamos sometidos.
Internet
nos ha permitido publicar cualquier tipo de información y ponerla a disposición
de cualquiera con acceso a la red. Una enorme cantidad de información está a
nuestra disposición ahora mismo, incluyendo esta entrada. No suena del todo
mal, pero es muy difícil (por no decir imposible) poder buscar y revisar la
información que más nos convenga. Con una búsqueda en nuestro navegador,
podemos encontrar miles o millones de referencias sobre nuestra búsqueda.
Además,
la gente que nos ofrece información suele estar muy interesada en hacernos
creer aquello que les interesa a ellos, pero no necesariamente a nosotros. Así,
las empresas están interesadas en vender sus productos, pero no tan interesadas
en que compremos en producto adecuado para nosotros. Y los políticos están más
interesados en nuestro voto que en aquello que nos conviene.
¿Podemos
creerlos, si sospechamos que no les interesa ofrecernos la información que más
nos conviene?
¿Y qué podemos hacer?
A
pesar de todo, necesitamos creernos algo para poder tomar decisiones.
Necesitamos adquirir cosas, elegir estudios o ver qué hacer con nuestros
ahorros. Podemos tener la información adecuada o no, per algo tendremos que
hacer.
Probablemente,
no estaremos completamente seguros de la información de la que disponemos para
tomar estas decisiones. No estamos seguros de la calidad del producto que nos
venden, no estamos seguros de si esos estudios son los más adecuados o no
estamos seguros de si esa inversión será rentable.
Probablemente,
el vendedor nos quiere vender ese producto de todos modos, la universidad
quiere que estudies allí de todos modos y el banco quiere que contrates sus
productos financieros, también de todos modos, aunque igual no sea lo mejor
para tí.
En
estos casos, siempre podemos buscar otras alternativas, escoger la que parezca
más interesante y probar. Podemos salir perdiendo o aprender algo nuevo que no
sabíamos, pero no hacer nada nos condena a no ganar ni aprender nada.